EL ARZOBISPO DE MARSELLA AYUDO A ESCAPAR A UN ETARRA, SEGUN EL EX PRESIDENTE FRANCES GISCARD D'ESTAING

MADRID
SERVIMEDIA

El que fuera arzobispo de Marsella, monseñor Etchegaray, ayudó a escapar a un etarraconfinado en Francia, según consta en las memorias del ex presidente de la República francesa Valéry Giscard d'Estaing.

Los hechos son descritos en las páginas 236 y 237 de la citada publicación, que son recogidas íntegramente en el último número de "La Razón", revista trimestral de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT).

De acuerdo con el texto, la policía francesa detuvo en San Juan de Luz a "un joven vasco-español" acusado de participar en varios atentados en España. Sin embargo, los tribnales franceses rechazaron la extradición por falta de pruebas y el detenido fue confinado en una residencia de la isla de Post-Cros bajo vigilancia.

El arzopispo de Marsella intervino entonces dirigiendo un escrito al palacio del Eliseo, residencia habitual del presidente de la República, para protestar por la deportación del joven, acusado, a su juicio, "por error" y gravemente perjudicado, ya que no podía concluir sus estudios.

En un segundo escrito, el arzobispo propuso a la presidencia trasldar al detenido a un convento donde podría continuar sus estudios y se comprometió personalmente a garantizar la permanencia del joven en territorio francés, a lo que accedió la Administración francesa.

A la semana siguente, el joven había desaparecido y fue arrestado tres meses más tarde por la policía española por participar en "un sangriento atentado".

Según la publicación de la AVT, el arzobispo al que alude Giscard d'Estaing es monseñor Etchegaray, que fue presidente de la Conferencia Episcoal francesa y llegó a ostentar la Secretaría de Estado vaticana. En la actualidad, preside la Comisión Pontificia para la Paz y la Justicia.

Esta no es la primera vez que se relaciona a representantes de la Iglesia galos con la organización terrorista. El 21 de enero de 1992, la policía francesa detuvo al sacerdote François Garat, párroco de Ezpeleta, por dar cobijo a etarras en su casa, donde fue intervenida documentación sobre la contabilidad de la banda armada.

En 1990, el párroco de Sare, Micel Iriart, fue arrestado por intervenir como intermediario en el secuestro del industrial navarro Adolfo Villoslada.

La mayor colaboración entre ETA y la iglesia francesa, según la AVT, la protagonizó sin embargo el párroco de Sokoa, Mikel Larzábal, que gestionó el pago del denominado "impuesto revolucionario" de centenares de empresarios vascos.

Asimismo, la abadía benedictina de Belloc ha sido registrada en numerosas ocasiones por servir de refugio durante años a varios miembros de ETA, según dtos aportados por la AVT.

(SERVIMEDIA)
07 Abr 1993
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