Arzalluz hizo estas manifestaciones al terminar su comparecencia ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, que hoy le tomó declaración como testigo en el caso abierto sobre el aparato de extorsión de ETA.

Asimismo, expresó su "preocupación" por la "politización" de la justicia, algo que a su juicio se demuestra por los casos "Atutxa" o el abierto por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco contra el "lehendakari", Juan José Ibarretxe, por haberse reunido con el portavoz de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi.

Afirmó también que, en su opinión, se está intentando "criminalizar" al PNV y aseguró que la Ley Antiterrorista "va contra el nacionalismo". "Tengo la imprensión de que aquí nos está contagiando un poco la línea Bush, en que pone usted el terrorismo por delante y todo vale", dijo.

Arzalluz aseguró que a lo largo de su carrera política ha tenido conocimiento de la existencia de cartas de extorsión de ETA. "Nosotros, ante el miedo de mucha gente y de muchos empresarios que son del PNV, establecimos una ley interna por la que se prohibía a cualquier afiliado del PNV pagar ningún impuesto a ETA, so pena de expulsión, y ese es el criterio que hay hasta hoy", manifestó.

Negó tajantemente que el PNV haya estado mediando en la extorsión practicada por ETA. "Nosotros siempre hemos dicho: no paguéis", agregó, tras lo cual aseguró que no le consta que la banda terrorista haya enviado nuevas remesas de cartas de extorsión.

"Desde luego, las cosas que han mandado, las mandan en otro tono, vienen prácticamente a pedir su colaboración al proceso de paz", dijo.

Asimismo, señaló que el juez le preguntó por las conversaciones telefónicas intervenidas y él le explicó que en ellas se habla de proceso de paz y no de extorsión.

MUCHA PREVENCIÓN

Arzalluz aseguró que hoy llegó a la Audiencia Nacional "con mucha prevención", ya que este órgano le recuerda al "Tribunal de Orden Público". Tras señalar que es la primera vez que acude citado a este tribunal, el ex presidente del PNV aseguró que tanto el juez como el fiscal estuvieron "amables, correctos y hasta exquisitos" con él.

Aunque llegó a las 9,50 horas a la Audiencia Nacional, no entró al despacho de Fernando Grande-Marlaska hasta pasadas las 10,15 y permaneció allí cerca de una hora.