Esta decisión fue tomada en la capital de Gran Canaria después de mantener otra reunión previa en Casablanca, en la que no se adoptaron acuerdos concretos. En esta ocasión, los armadores acordaron iniciar una nueva clasificación de las capturas con el fin de "unificar el esfuerzo de regulación de oferta", según manifestó José Ramón Fontán, gerente de la Asociación Canaria de Armadores de Buques Arrastreros Cefalópodos.

Entre los principales objetivos de esta decisión se encuentra el eitar las caídas de precios, nivelando así la oferta y la demanda. Para ello se reducirán las capturas de cefalópodos en 25.000 toneladas. El precio de este producto llegó a bajar en julio del pasado año un 40 por ciento, caída que se espera evitar con este acuerdo.

Los principales consumidores de cefalópodos son los japoneses, que cada año importan 90.000 toneladas, seguidos de los europeos, con 20.000 toneladas por año.

Las tres asociaciones que se dedican a la pesca de estas especies con buquesarrastreros solicitaron a las autoridades portuarias españolas una mejora en las instalaciones, así como un menor precio por el atraque en los muelles, "para facilitar así el paro biológico", según Fontán.