Para Arístegui, éste no es el momento de "lanzar las campanas al vuelo" porque no hay indicios de apertura en el sistema. Además, acusó al Gobierno socialista de "consolidar esa sucesión en la dictadura" sin promover una transición.

En cambio, el PP aboga por que el régimen cubano, sea cual sea su presidente, aborde con "carácter inmediato e incondicional el respeto de los derechos y libertades fundamentales de los cubanos, abrir un proceso de transición y hablar con la disidencia y la oposición".

Responsabilizó al gabinete de Zapatero de "forzar" una "relajación de la posición de la Unión Europea" respecto a Cuba y pidió que ahora que hay "una levísima esperanza de cambio" se retome el diálogo "firme, crítico y exigente para presionar al régimen cubano hacia una apertura".

Arístegui afirmó que esta "firmeza" no está reñida con "el posibilismo". El portavoz popular aseguró que "nadie quiere propiciar la ruptura" en la isla y defendió que "el mundo le diga a Cuba, en la medida que ustedes inicien un proceso de cambio político tendrán el apoyo de la comunidad internacional para consolidarlo".

Sin embargo, dijo, "si ustedes se enrocan y empecinan tenazmente en mantener un sistema absolutamente obsoleto, opresivo y brutal, no tendrán el apoyo de la comunidad internacional".

Lo que es "inviable" es la propuesta, insinuada por Raúl Ortega, de una "tímida reforma económica" manteniendo "el sistema político tal y como está".

El portavoz popular insistió en que los protagonistas de los cambios deben ser los cubanos y manifestó su oposición al mantenimiento del embargo comercial de Estados Unidos.