"El gran reto de la agricultura española pasa por la definición de la vocación productiva de las distintas regiones agrarias españolas, que permita establecer prioridades en la adjudicación de los recursos que la Política Agraria Común asigna al Estado Español", dijo el ministro, durante su participación e unas jornadas sobre economía agraria organizadas por la revista "The Economist".

Como ejemplo, Arias Cañete aseguró que no es viable que toda España siembre girasoles, como está sucediendo, sin tener en cuenta la productividad de las explotaciones y sólo fijándose en la posible subvención.

Más rotundo fue incluso con el asunto del reparto de la cuota láctea por comunidades autónomas realizado por el Gobierno la pasada semana. "El reparto se ha basado en política y no en eficiencia económica" se quejó el ministro, quien aseguró que es muy difícil justificar en la UE las subvenciones con los actuales modelos productivos, tan repartidos por toda la geografía nacional.

Por ello, para diseñar ese nuevo mapa de España dividida por áreas de producción, Arias Cañete destacó que sería necesario "un gran pacto agrario y rural entre los partidos políticos, las administraciones públicas y las organizaciones agrarias, que clarifique la forma de hacer agricultura en España".

En paralelo a est consenso, según dijo, sería preciso que los agricultores y empresarios españoles se adapten a un mercado futuro de más competencia y con nivel de precios más bajos y "no compensados íntegramente por las ayudas", por lo que insistió en las mejoras tecnológicas y la modernización de la agricultura española.

En este sentido, sobre la negociación abierta recientemente en la UE para una posible ampliación de la entrada de productos hortofrutícolas de Marruecos, Túnez e Israel en la UE, Arias Cañete pidi que estas mejoras para esos países "no descansen en las producciones mediterráneas españolas", por lo que Agricultura ha pedido ya a Bruselas que elabore un informe del impacto de una apertura mayor de los mercados comunitarios a los productos procedentes del norte de Africa.

AMPLIACION UE

Arias Cañete hizo un repaso de la Política Agraria Común de los últimos años y llegó a la conclusión de que en la altas instancias europeas sólo hay "voluntarismo político", pero "insuficiente" dotación presupustaria para el campo.

Según dijo, la UE pretende que la agricultura mejores sus niveles de producción y sus infraestructuras, que sirva de agente de cohesión social, que fije la población en el entorno rural y, además, que cuide del medio ambiente. "Es la cuadratura del círculo", apuntó.

En este sentido, alertó del riesgo para la agricultura comunitaria de la entrada en la UE de los países del Este de Europa, que elevarán un 44% la superficie agraria y un 116% la producción.

Por ello, idió periodos transitorios de entrada en la UE más amplios, para que no se provoque el choque entre las economías de los nuevos miembros y las políticas agrarias del resto de países comunitarios.

Finalmente, Arias Cañete aseguró que la PAC tendrá que incluir modificaciones para dar cabida a estos países, mejorar la situación de los que ya están en la UE y llegar a un modelo agrícola que sea capaz de producir, cuidar el medio ambiente y mantener la distribución de la población.