ARDANZA DEFIENDE EL ESTATUTO Y PROPONE APLAZAR EL DEBATE SOBRE EL CONFLICTO POLITICO VASCO HASTA L FIN DE LA VIOLENCIA

-Asegura que los nacionalistas vascos democráticos no comparten con ETA ni medios y ni fines

MADRID
SERVIMEDIA

El que fue lehendakari durante 14 años, el peneuvista Jose Antonio Ardanza, pronunció hoy una conferencia en la Academia de la Historia de Madrid en la que defendió la vigencia del Estatuto de Gernika como punto de encuentro de todos los partidos políticos vascos y propuso aplazar la solución pactada del conflicto político vasco hasta después del fin de la volencia.

Con esta conferencia pronunciada en Madrid, Ardanza rompía un silencio voluntario de dos años que se autoimpuso al abandonar la dirección del Gobierno vasco.

En esta conferencia estuvo arropado por miembros de su partido, como el presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, o el portavoz del Ejecutivo, Josu Jon Imaz, y por varios dirigentes históricos y destacados del Partido Socialista como Joaquín Almunia, Ramón Jáuregui, José María Benegas o Rosa Díez, y el veterano líder sindial de UGT, Nicolás Redondo.

Tras hacer un minucioso relato de las relaciones entre nacionalistas y constitucionalistas desde la transición, Ardanza concluyó que en la actual situación es imprescindible reconquistar espacios comunes de entendimiento para abordar la normalización y pacificación del País Vasco.

Reconoció que el nacionalismo ha sucumbido en los dos últimos años a su secular "fascinación por el soberanismo", mientras que los constitucionalistas han caido en la tentación de identificarel nacionalismo con la violencia y han primado los interes electorales y de partido.

En este sentido, advirtió de que el rechazo sistemático del diálogo por parte del PP y su convencimiento de que podría haber un final policial para el terrorismo ha conseguido arrastrar al PSOE por un camino erróneo.

Ninguna otra referencia al soberanismo o al ámbito vasco de decisión salió de los labios del ex lehendakari durante su conferencia de más de una hora de duración.

Para "salir del atolladero" en l que está el País Vasco, Ardanza, que dijo hablar sólo en nombre propio, propuso cuatro puntos. El primero implica el reconocimiento sincero por todas las parte de que el "desencuentro es estéril y no conduce a nada más que a más desencuentros".

Las relaciones políticas entre partidos no pueden plantearse, a su juicio, en "términos de victoria o derrota" de nacionalistas o no nacionalistas. De una lucha así, añadió, "nadie va a ganar nada a largo plazo y todos tenemos mucho que perder". Para sustenta ese acuerdo, el punto de partida debe ser el Estatuto de Gernika.

Como segundo paso, propone abordar el fin de la violencia. "El terrorismo lo envenena todo" y para propiciar su final es necesario, primero, ponerse de acuerdo sobre su naturaleza, adujo.

Para Ardanza, la violencia es "antidemocrática y totalitaria" y ha utilizado de "forma parasitaria" un conflicto político preexistente en la sociedad vasca para manipularlo y reeditarlo a su gusto.

Ese conflicto político se deriva del desarrllo timorato de la Constitución y del Estatuto, con trabas impuestas desde los distintos Gobiernos centrales, que han generado "una profunda frustración" en la sociedad vasca.

Sin embargo, advirtió, y aunque en algunos casos pueda parecer que existe similitud en los planteamientos de los nacionalistas democráticos y de ETA, "nos separan los medios y los fines. No queremos lo mismo ni pensamos lo mismo", por lo que recae en el nacionalismo la responsabilidad de "desenmascararlo".

La única posibiliad de futuro es que conducir al terrorismo al "desistimiento" y para ello los partidos deben ponerse de acuerdo. En este sentido, el ex lehendakari propuso aplazar la resolución del conflicto político vasco de fondo hasta después del fin la violencia, "porque no es posible dialogar cuando los interlocutores están amenazados de muerte".

En consecuencia el dirigente peneuvista pide que se desvincule la violencia etarra del conflicto político vasco que, en ningún caso, "es reducible al terrorismo". El anídoto será siempre el diálogo, que no se debe negar porque sería tanto como reconocer que "se teme a la democracia y sus consecuecias".

Ante la cercanía de las elecciones Ardanza abogó por no implantar un sistema "pendular" en el Gobierno vasco, sino que pidió a quien tenga la responsabilidad de formar el nuevo ejecutivo que haga política de integración y no de exclusión y que demuestro respeto por la pluralidad poniendo en práctica una "moratoria ideológica" que permita sentar las bases para la superción de la violencia antes de abordar cualquier otro asunto.

(SERVIMEDIA)
03 Abr 2001
SGR