No obstante, ese apoyo abre una grieta en el seno del pacto PP-Partido Regionalista de Cantabria, que sustenta el Gobierno autónomo, al negarse los seguidores de Hormaechea a negociar las partidas presupuestarias de las consejerías regentadas por los regionalistas.

Después de más de cuatro horas de debate, el voto de los siete diputados de la UPCA era una incógnita para los partidos en el gobiero, al pedir del consejero de Hacienda que se definiese sobre el mantenimiento de los acuerdos alcanzados durante la negociación previa a esta sesión, negociación seguida por el PP y la UPCA y de la que quedó excluido el PRC.

Este posicionamiento del partido de Juan Hormaechea abre una crisis latente en el seno del pacto de gobierno firmado por el PP y el PRC al inicio de la legislatura al temerse por parte de los regionalistas un "duro trato" por parte de la UPCA a las partidas destinadas a las consejrías regidas por miembros de este partido, principalmente hacía la de vicepresidencia y obras públicas presidida por el líder regionalista, Miguel Angel Revilla.

Aunque este manifestó en un principio estar satisfecho por el acuerdo alcanzado para el apoyo a la Ley Presupuestaria, la decisión de la UPCA de no negociar los presupuestos en bloque -el Gobierno quiere un análisis de todos los departamentos sin exclusiones- y el no haber participado en los encuentros ha creado desasosiego entre los regionalstas, que consideran que estas pretensiones sólo intentan crear fisuras en el pacto de Gobierno.