La institución que preside Fernando González Urbaneja señaló en un comunicado que, aunque hay empresas "ejemplares" en el tratamiento de los alumnos en prácticas, "otras aprovechan la ocasión para hacerles desempeñar, a coste cero, puestos que corresponden a titulados".

La APM dice que la precariedad es especialmente grave en la fase de inserción profesional, y por ello plantea a los medios una serie de recomendaciones.

La primera de ellas es que los estudiantes cuenten durante todo su periodo de formación con un tutor nombrado por la dirección del medio que le oriente, le aconseje y le enseñe.

También propone que los becarios perciban una remuneración que cubra, al menos, el transporte y la comida que coincida con sus horas de prácticas.

El becario no deberá realizar tareas ajenas a su formación académica, no podrá cubrir puestos estructurales, y su periodo de prácticas habrá de limitarse a los meses de julio, agosto y septiembre, periodo en el que la universidad está cerrada y el curso acabado o por iniciar.

Fuera de estos meses, la APM cree que las modalidades de trabajo deben ser de beca para los estudiantes (con el mismo tratamiento que para los alumnos en prácticas de verano) o de contrato laboral por obra, temporal o indefinido para los ya licenciados.