Según el texto propuesto, los apellidos vendrá determinados po la ley vigente, que da prioridad al paterno, excepto común acuerdo de los padres para poner el materno en primer lugar al inscribir al recién nacido en el registro.

El orden establecido para el mayor de los hijos regirá en las inscripciones de nacimientos posteriores de los mismos progenitores. Tal y como establece la legalidad vigente, los hijos podrán solicitar la alteración del orden de sus apellidos al cumplir la mayoría de edad.

El texto ofrece la posibilidad de decidir la anteposición del pellido materno a los padres con hijos menores de edad en el momento de entrada en vigor de la nueva ley.

En la exposición de motivos, los populares argumentan que poner en manos de los padres esta posibilidad es "más justo y menos discriminatorio" que la regulación actual, pero consideran "inoportuno" obligar a los progenitores a ponerse de acuerdo sobre el orden de apellidos de sus hijos, por lo que respetan la vigencia de la legislación vigente.

De esta forma, y si los padres no llegan a un acerdo expreso para alterar el orden, el primer apellido será el del padre y el segundo el de la madre, como hasta ahora.