El paso de la antorcha, al igual que en días precedentes, fue acogido con gran entusiasmo por la población. Los barrios de Sant Martí, Sant Andreu, Nou Barris y Horta-Guinardó fueron los primeros en contemplar su marcha por la Ciudad Condal.

Para acoger la llegada del fuego paralímpico, todos los distritos barceloneses realizaron festejos populares con gran éxito de público.

Entre los portadores de la antorcha se encontraban Jordi Arrese, José Luis Doreste,la esposa del presidente de la Generalitat, Marta Ferrusola y el secretario general de Deportes de la Generalitat, Josep Lluis Vilaseca.

Uno de los momentos más divertidos de la etapa fue el protagonizado por la compañía teatral "La Cubana". El grupo, que actuó en uno de los relevos, se encargó de dibujar la risa de los espectadores que a las cuatro de la tarde se aglutinaron en el número 84 del Paseo de Gracia para ver el fuego que dará vida a los Juegos Paralímpicos.

A partir de ese instante lo atletas condujeron la antorcha hacia el distrito de Ciutat Vella. Allí, concretamente en la plaza de la Catedral, tuvo lugar la celebración del último gran festejo. Después se inició la recta final de su recorrido hacia el Estadio.

A su entrada en el Estadio la llama paralímpica fue conducida por cuatro relevistas. La invidente Puri Santamarta, que tiene la mejor marca mundial en 100 metros, realizó su relevo acompañada de un perro guía.

El último de los relevistas fue Bertrán de Five, jugador d baloncesto en silla de ruedas. Este jugador emuló a Juan Antonio San Epifanio en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos y entregó la llama al arquero paralímpico Antonio Rebollo para que encendiera por fin el pebetero de los IX Juegos Paralímpicos.