En su discurso de inauguración del año judicial, Delgado reclamó un esfuerzo para salir de este "atasco", que se traduce en más de 111.000 asutos pendientes (en lo contencioso-admministrativo), y lograr así la completa implantación de una justicia ágil en una sociedad donde la Constitución de 1978 es el marco jurídico de referencia.

"La lentitud es la principal enfermedad que aqueja a nuestro sistema y hace que se reienta la efectividad de la protección jurisdiccional de los derechos", explicó el máximo responsable del Poder Judicial, quien precisó que todavía no se cuenta con los jueces suficientes para evitarlo.

Delgado destacó que, cuando se cumplen veinte años de aplicación de la Constitución, ésta ha sido completamente asimilada, sobre todo en lo relativo a los derechos fundamentales, por lo que rechazó una reforma de la Carta Magna y afirmó que "veinte años son pocos para provocar el envejecimiento de una Cnstitución elaborada en un momento estelar de la vida del pueblo español".

En este sentido, señaló que cada vez son más las referencias de todos los españoles al texto legal para defender sus derechos y libertades y, en consecuencia, la propia dignidad de la persona.

50 AÑOS DE DERECHOS HUMANOS

El presidente del CGPJ subrayó que este año se celebra el cincuentenario de la Declaración de los Derechos Humanos y el centenario de 1898, fecha clave en la historia de España.

Delgado se refirió ala relación de la Constitución Española con el sentido de la Declaración de los Derechos Humanos, además de recalcar el papel de la Carta Magna como garante de las libertades civiles y políticas, capaces de crear la igualdad material entre todos los españoles.

A su juicio, la Constitución "ha venido a desarrollar un alto nivel de exigencia en cuanto a su efectividad, especialmente en lo referido a la tutela judicial efectiva, en el sentido de solicitar procesos judiciales rápidos, independientes y segros por parte de los ciudadanos".

Finalmente, agradeció al rey don Juan Carlos su presencia en el acto de apertura de los tribunales y confió en que "en tres o como mucho cuatro años" se puedan cubrir las 400 nuevas plazas de juez que den el impulso definitivo que permita salir a algunos sectores de la justicia del "atasco" en que se encuentran.