En la noche del 5 al 6 de marzo del pasado año, José Pitarch se despidió de sus colaboradores y se dirigió a su domicilio, un chalé de la urbanización Monte Olivar de Godella, donde vivía solo desde que se separó de su mujer.

Esa fue a última vez que fue visto con vida. En los días siguientes nadie notó la desaparición del empresario, hasta que su hermana Mari Carmen fue a visitarle a su casa. Todo el interior del chalé estaba revuelto, la caja fuerte estaba abierta y faltaban dos pistolas y una escopeta.

Por otro lado, uno de sus coches, un "Volkswagen GTI", lo encontró la Policía a los pocos días aparcado y cerrado en la calle Salvador Abril de Valencia.

Sólo un vecino pudo aportar algunas pistas sobre lo ocurrido en la madugada del 6 de marzo. Según él, vio a varias personas en el chalé de Pitarch, que luego se fueron en un coche, pero no avisó a la policía.

La Guardia Civil descubrió, posteriomente, que la valla metálica del chalé estaba cortada en un lugar y que el perro del empresario mostraba signos de haber sido narcotizado.

En principio se pensó en la posibilidad de un secuestro, porque la ex mujer del empresario, Katherine Guillart, de nacionalidad francesa, aseguró haber recibido una llamada en la que le eigían un rescate de 25 millones de pesetas. Sin embargo, la hermana de Pitarch y la propia Guardia Civil no dieron credibilidad a esta versión.

Desde entonces, no se ha aportado ninguna luz al misterio de la desaparción de José Pitarch Arróniz, salvo las manifestaciones de un recluso que aseguró conocer el lugar donde se encuentra enterrado el cadáver del empresario . Los investigadores, tras interrogarlo, rechazaron también esta hipótesis.

Nacido hace 51 años, Pitarch trabajó durante una temporaa como camarero en Londres y al regresar a España montó la discoteca "Bounty" en Valencia, junto con el que desde entonces sería su inseparable socio, Joaquín Prats Ibáñez.

Posteriormente, el negocio se amplió a la construcción de grandes discotecas, como "Dream's Village", "Bounty-Saler" y "Jardines del Real". Asimismo, instalaron varios "pubs".

En la actualidad, Prats mantiene en marcha todos estos locales y el beneficio correspondiente a Pitarch lo ingresa puntualmente en una cuenta corrientesu nombre, que no ha registrado ninguna salida desde la desaparición del empresario.