La norma regula la provisión de comida y agua y los cuidados mínimos exigidos para garantizar un trato adecuado para estos animales.

Será obligatorio inspeccionar los criaderos una vez al día, proporcionar iluminación adecuada a las granjas y elaborar registros de los tratamientos médicos ofrecidos a los animales.

Cada cinco años, la Comisión Europea presentará un informe para actualizar la directiva, teniendo en cuenta los progresos técnico y científicos alcanzados. Por su parte, los Estados miembros de la UE tendrán que vigilar la aplicación de la norma en su territorio y que ningún animal de ganadería sufra dolores, sufrimientos o daños inútiles.

Algunas organizaciones no gubernamentales y grupos defensores de los animales han intentado, sin éxito, que la directiva se aplique también a países terceros que comercien con la Unión Europea.

Fuera del ámbito de cobertura de la norma quedan las especies que vivan en el medio natural, aí como animales para competiciones, exposiciones o actividades culturales y deportivas.

Los animales-cobaya para experimentos o de laboratorio y los invertebrados también quedan exentos de esta protección. Sí se incluyen, sin embargo, los peces, reptiles y anfibios criados o mantenidos para la producción de alimentos, lana, cuero, pieles o con fines agrícolas.