"El infarto fue una cosa muy leve", dijo Anguita, "lo que pasa es que hubo más ruido que nueces y ahora llevo una vida de vacaciones tal y como a mí me gusta".

Según explicó, durante estos días de agosto se dedica a "andar mucho por el campo, nadar, hacer gimnasia, comer lo que me apetece, que es todo muy natural, porque hago la famosa deta mediterranéa, y tengo la mente en barbecho".

Sin embargo, las medidas extraordinarias de política económica que proponen los socialistas para combatir la crisis, han interrumpido la placentera vida que dice llevar Anguita, ya que, según añadió, "uno no se libra de venir a escuchar cosas tan desagradables y tan ruinas como las que acabo de oir hoy".