Según el doctor Jean-Marie Kanga, director del Programa Nacional de Lucha contra la Ucera de Buruli en Costa de Marfil, "si no se adoptan con suma urgencia medidas de carácter inmediato, en los próximos años tendremos que enfrentarnos a un problema de dimensiones desconocdas y dramáticas".

La úlcera de Buruli debe su nombre a la región de Uganda en la que, en 1958, se observaron numerosos casos de esta enfermedad micobacteriana, de la misma familia que la lepra y la tuberculosis.

Es una enfermedad desconocida, ya que la extrema lentitud con la que desarrolla la bactería en los cutivos de laboratorio ralentiza las investigaciones que puedan realizarse con vistas a encontrar un tratamiento preventivo o curativo adecuado.

La también denominada "lepra del siglo XXI" parece transmitirse principalmente por medio del agua y afecta principalmente a los niños menores de 15 años.

Los primeros síntomas se manifiestan como pequeñas úlceras y llagas que no son dolorosas, pero que con el paso del tiempo se extienden y deterioran los músculos y los huesos. En la actualidad, el único reedio para evitar su expansión es la amputación de los miembros afectados.

La enfermedad se ha detectado en países suramericanos, africanos, asiáticos y en Oceanía. Aunque las zonas afectadas suelen ser económicamente deprimidas, en Japón han aparecido algunos casos. En Costa de Marfil, los 12 casos descritos en 1984 aumentaron a más de 10.000 en 1997.

Ante esta situación, Anesvad ha iniciado, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Hospital Doce de Octubre de Madrid y la autoridades de Costa de Marfil, un programa en este país para frenar la expansión de la enfermedad.

La ONG española ha iniciado la remodelación de dos quirófanos de un hospital en el que se operará a los afectado y la construcción de un dispensario especializado.