Durante la campaña de 89-90, Cádiz fue la provincia que encabezó la producción, con una superficie trabajada de 30.000 hectáreas y un millón de tonelads de raíz, lo que supuso el 45,2 por ciento de la producción andaluza y el 13,6 de la nacional.

Sevilla, con 16.420 hectáreas, y Córdoba, con 7.800, son las otras dos provincias andaluzas con importantes superficies dedicadas al cultivo remolachero, junto con Jaén (3.700) y Huelva (1.517).

Por su parte, en Almería y Málaga prácticamente ha desaparecido el cultivo, mientras que en Granada existe una clara regresión y en la última campaña tan sólo se recolectaron 30 hectáreas.

Mientras que en l resto de España la remolacha se cultiva en tierras de regadíos, Andalucía se caracteriza por el elevado porcentaje de cultivo en secano, un 50 por ciento, que en Cádiz alcanza el 70 por ciento.

Los problemas técnicos en la siembra, la calidad de la semilla empleada y la adversa climatología en los secanos se traducen en un menor rendimiento de raíz por hectárea con respecto a otros países de la CE.

Así, la capacidad de molturación de remolacha de las empresas azucareras instaladas en esta regió es de sólo 36.400 toneladas al día y de 18.400 en Cádiz.

El azúcar es un producto excedentario en la CE, lo que obliga a establecer cuotas de producción a los distintos países. Está previsto que el 1 de julio de 1992 se unifiquen los precios del azúcar, aunque esas mismas fuentes del sector consideran que podría ser pospuesto.