C

ANDALUCÍA EXPORTA A CALIFORNIA UN SISTEMA PARA ESTIMAR LAS NECESIDADES DE AGUA DE LOS CULTIVOS CON AVIONES NO TRIPULADOS

MADRID/SEVILLA
SERVIMEDIA

Científicos andaluces del Instituto de Agricultura Sostenible (IAS) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad de Córdoba (UCO) encabezan una campaña de medidas en Estados Unidos para estimar las necesidades hídricas de los cultivos usando un sistema propio de aviones no tripulados (UAV) equipados con cámaras térmicas y multiespectrales.

En colaboración con la Universidad de California, realizarán vuelos sobre parcelas experimentales de diversos cultivos, entre ellos, la explotación de pistachos más grande del mundo, así como sobre parcelas de almendro y vid distribuidas por el estado californiano, según informa la Junta andaluza.

Se trata de un sistema que permite decidir el momento idóneo para regar los cultivos, ahorrando agua, e incluso puede servir para detectar situaciones de derroche de agua o fugas en el sistema de riego. El método ha sido probado en más de 600 vuelos realizados entre 2007 y 2009 en parcelas de trigo, maíz, melocotonero, olivar, naranjo y vid en España.

En este caso no se trata tan sólo de una cooperación en el ámbito científico. Como explica Pablo J. Zarco-Tejada, uno de los investigadores participantes, "es un trabajo conectado también con empresas privadas a través del programa de transferencia de resultados de investigación de la Universidad californiana a empresas agrícolas.

En concreto, las empresas interesadas en esta tecnología son AgriWorld y Paramount, las dos productoras de pistachos y almendra más grandes del mundo.

El sistema se basa en pequeños aviones no tripulados con una autonomía de entre 50 minutos y 2 horas de vuelo, que permiten explorar hasta 1.000 hectáreas a 300 metros de altura.

Los aviones van equipados con un sistema de GPS que envía continuamente su posición a una estación base desde la que se opera la plataforma y se observa su posición sobre la cartografía de la zona. Además, el plan de vuelo del robot aéreo se puede actualizar en tiempo real.

Los aviones, que sobrevuelan los cultivos a una altura de entre 150 y 1.000 metros, van equipados con una cámara térmica y otra multiespectral. La primera mide la temperatura de la superficie de la vegetación para, tras una serie de cálculos basados en modelos de transpiración del cultivo, detectar la vegetación con estrés hídrico.

(SERVIMEDIA)
02 Jul 2009
L