Con ayuda de un equio de bomberos, los policías entraron en el piso de la anciana y la hallaron tendida en el suelo. Al parecer falleció a causa de un paro cardíaco.

La intervención policial se produjo a las tres y diez de la pasada madrugada, después de forzar la puerta de la vivienda, situada en el número 32 de la calle Bravo Murillo, en las proximidades de la madrileña Glorieta de Quevedo.

Según fuentes de la Policía Municipal, este tipo de percances se producen en Madrid con relativa frecuencia, ya que en la ciuad hay muchas personas de edad avanzada que viven solas y normalmente pasan varios días hasta que algún vecino o familiar les echa en falta y avisa sobre su posible fallecimiento.

En la mayoría de los casos, cuando los efectivos policiales se personan en el domicilio, el anciano ha muerto efectivamente y la defunción se comunica al juez de guardia para que proceda a levantar el cadáver.