"La reunión de ayer fue cordial y correcta y la actitud es distinta ahora", afirmó el portavoz del PNV. A su juicio, Aznar está ahora en un momento en el que busca repetir "la fotografía de los 181 votos" que tuvo en su investidura, pero el PNV seguirá aplicando en us relaciones con el Gobierno su máxima de "a Dios rogando y con el mazo dando".

Anasagasti declaró que la reunión era necesaria, porque las relaciones entre el Gobierno y los nacionalistas vascos se habían deteriorado mucho tras la no desclasificación de los papeles del CESID, la ley de Secretos Oficiales y los recursos a las normas fiscales vascas.

El dirigente peneuvista se expresó en términos muy duros sobre la comparecencia de ayer del ministro Eduardo Serra en la Comisión de Defensa del Conreso.

Le acusó de haber introducido un elemento "preocupante" en la vida política española, al justificar unos hechos supuestamente delictivos escudándose en la Transición.

"Que veinte años después de la muerte del Dictador se siga hablando de la transición, supone que el mensaje del ministro fue muy equívoco, muy inquietante y un cierto reconocimiento de que se hicieron cosas muy malas en el pasado", afirmó.

"La actitud de Serra", añadió Anasagasti, "nos dejó muy incómodos y no nos gustó abolutamente nada". En su opinión, el Gobierno insiste en instaurar un "punto final encubierto" en el tema de los GAL y el PNV se seguirá oponiendo sistemáticamente.

Sobre este asunto, explicó que Aznar y Arzalluz lo trataron, pero ambos simplemente se reafirmaron en su postura.