Durante cinco días, Pina y el alcalde de Zaragoza, Antonio González riviño, en representación de España, y los miembros de localidades de Grecia, Alemania e Inglaterra, trataron los principales problemas creados por la reducción de efectivos militares norteamericanos en sus municipios.

Esta ha sido la segunda toma de contacto de la recién creada comisión europea, integrada en la red de regiones afectadas por el desmantelamiento de las bases norteamericanas.

Pina aseguró que la concesión de los 8.000 ecus -en torno a un millón de pesetas- estarán destinados a realzar un estudio sobre la situación medioambiental del municipio y de la vivienda, tras la marcha de los militares norteamericanos.

Esta cantidad está incluida en los 150.000 millones de pesetas que la comisión ha destinado para trabajos de este tipo.

El informe, que se realizará una vez que se haya obtenido el comunicado oficial de aprobación, será presentado dentro de un año en una próxima reunión que tendrá lugar en Grecia.

Algunos de los aspectos que abordará serán los problemas auditivos ue generan el paso de aviones, así como los fracasos escolares, cuestión que provocó un gran problema y quejas de la población durante la pasada Guerra del Golfo.

Pina, quien declaró que existen grandes diferencias entre las ciudades miembros de la red, mostró su deseo de que uno de los futuros usos de la base sea la instalación de nuevas industrias y el emplazamiento de la base de automóviles, que ahora se encuentra en el casco urbano.

No obstante, declaró que, como esto no va a ser posible, "po ahora nos centraremos en nuestros problemas medioambientales", indicó.