Escuredo reconoció que la familia nunca previó un final tan trágico. "Jamás imaginamos un final así, una situación tan dramática en la que Anabel estuviese muera a las seis horas del secuestro", dijo el portavoz de los Segura a Canal Sur Radio.

El ex presidente de la Junta de Andalucía aseguró que el hecho de tener que ver a los secuestradores a un metro de distancia durante la búsqueda del cadáver fue el momento más difícil que ha vivido en los últimos años.

"Estaban como en una cafetería y se explicaban con tranquilidad, como en una conversación normal, sin nerviosismo. Decían que el cadáver estaba allí, que lo habían arrastrado hasta ese lugar como e que busca un billete de 5.000 pesetas que se le ha caído, y yo pensaba en el terror de Anabel en aquellos largos minutos de agonía en manos de esos dos matones", afirmó.

Escuredo añadió que en todo momento estuvo mirando a los secuestradores fijamente a los ojos, sin conseguir que le devolvieran la mirada, a pesar de saber que él había sido su interlocutor en 25 conversaciones telefónicas. "Me huían. Sabían que era yo y no tuvieron el valor de aguantarme la mirada", explicó.

El portavoz de la failia Segura llegó a mantener conversaciones de hasta ocho minutos con los secuestradores. Escuredo calificó de "asunto desgraciado" la mala suerte de la policía para localizar las llamadas, ya que los secuestradores no telefonearon nunca a la familia desde Madrid, sino desde cabinas del entorno de la capital. Además, el pueblo de La Moraleja no está digitalizado, lo que dificultó la localización de las llamadas.

Los responsables de la investigación no descartaron que entre los secuestradores estuvieraimplicado algún ex miembro de las fuerzas de seguridad del Estado o alguno de una empresa de seguridad, debido a la manera de hablar de los raptores, según señaló el portavoz de los Segura.

Escuredo dijo que a Emilio Muñoz, uno de los detenidos, se le conocía como 'el facha', porque hablaba con frecuencia del franquismo y era un personaje muy autoritario, acostumbrado a mandar. Asimismo, indicó que toda la chulería, la prepotencia y la actitud criminal que los asesinos fueron capaces de ejercer ante ua joven indefensa se derrumbó en el momento de su detención.

El abogado sevillano reconoció que la colaboración de un ciudadano fue determinante para la solución del caso y admitió que los secuestradores, sorprendidos por la publicidad de sus voces en los medios de comunicación, dejaron "muchos, muchos rastros". "Nunca nada volverá a ser lo mismo para la familia", concluyó.

Por su parte, Rosa Campuzano, la madre de Felisa García Campuzano, presuntamente implicada en el secuestro, reiteró que su hja no ha hecho nada. "Se lo juro por Dios", declaró en el programa de Carlos Herrera. Además, pidió que le hagan a su yerno "lo mismo que él le ha hecho a Anabel".

Rosa Campuzano, que fue operada hace un año de cáncer y cuyo marido está enfermo del corazón, ha sido despedida de su puesto de asistenta, en el que cobraba 15.000 pesetas a la semana.