La esposa del presidente del Gobierno insiste en que nunca le va a "coger gusto" al Palacio de la Moncloa, a pesar de que afirma haber conseguido dotar a su actual residencia de "un ambiente hogareño de verdad".

A pesar de que el matrimonio Aznar ha trasladado a la Moncloa los muebles, fotografía y recuerdos que había en su anterior casa, Ana Botella señala que transmite a sus hijos con asiduidad la idea de que la estancia de la familia en la Moncloa tiene un carácter provisional.

Sin embargo, en la entrevista saca conclusiones positivas de la estancia en el palacio presidencial. Una de ellas es que ve más que antes a su marido, ya que trabaja "aquí mismo, en la parte de abajo, lo cual hace posible que de vez en cuando yo entre, le vea, hable un momento con él".

"Está más cerca de mí queantes. Y a los niños les pasa lo mismo: llegan del colegio y preguntan por su padre, y si no está en ese momento reunido con alguien, entran también a verle. En resumen, hay una sensación de proximidad mayor que antes de que fuera presidente", apunta Ana Botella.