ANA BOTELLA ASEGURA QUE EN ESPAÑA "VIVIMOS EN UN MUNDO MACHISTA"
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La esposa del presidente del Gobierno, Ana Botella, considera que en España "vivimos en un mundo machista" y que el hombre debe adaptarse a los cambios de la sociedad, así como al nuevo lugar que en ella ocupa la mujer.
En una entrevista publicada hoy en el suplemento "Revista" del diario "La Vanguardia", Botella asegura que "vivimos en un mundo machista" y que aunque en "España hay igualdad jurídica", lo cierto es que el nivel de desempleo de los hombres es el mismo al resto del de a Unión Europea (UE), mientras que la tasa de paro de las mujeres españolas es el doble de la media europea.
Para Botella, "la incorporación de la mujer al mundo laboral ha creado una sociedad con nuevas costumbres" y el hombre debe adaptarse a ese cambio, participando "en el cuidado de los hijos, en las tareas de la casa al 50 por ciento".
La mujer del presidente del Gobierno considera que aunque la reproducción asistida le parece "perfecta", lo cierto es que no está de acuerdo con "todas las acuaciones que van en contra de la naturaleza" y que no acudiría a un banco de semen para tener un hijo.
En cuanto a las parejas homosexuales que desean adoptar un hijo, Ana Botella sostiene, "con todos los respetos para las diferentes formas de afectividad", que "hay que mirar antes por el bien del niño y que para él es mejor tener padre y madre que dos padres o dos madres. Eso hay que protegerlo".
A su juicio, la familia es un valor tradicional que hay que proteger, especialmente por el bien de ls hijos, y que si un matrimonio se separa "hay que poner la suficiente cabeza para que esos niños no se vean afectados".
Ana Botella asegura que el "mundo libre occidental es el mejor de todos los que existen" y que "cada uno de nosotros, dentro de nuestras posibilidades, tenemos la obligación de ayudar a esas personas que nacen en peores circunstancias".
La esposa del presidente del Gobierno confiesa que una de las cosas que más le ha impactado ha sido conocer el mundo de las cárceles, porque apendió que los presos "son personas con nuestros mismos sentimientos y similares preocupaciones". A su juicio, "la sociedad tiene la obligación de reinsertarlos".
En este sentido, recuerda que le impactó el ejemplo de un profesor de univerdad que dedica su tiempo al mundo de las cárceles. "Se ha llevado a vivir a su casa a ocho o nueve personas con problemas de drogadicción, sida... Gente que, por decirlo de alguna manera, no la quiere ni su madre (esta definición me la dieron hace tiempo y se me quedógrabada)", dice. "Como él hay muchos más de los que creemos".
(SERVIMEDIA)
15 Jul 2001
VBR