La ceremonia comenzó con casi media hora de retraso, ya que la novia llegó al monasterio quince minutos más tarde de lo previsto y tardó otros seis minutos más en atravesar los 50 metros del Patiode los Reyes, en donde aguardaban fotógrafos y cámaras para inmortalizar el momento.

Aparte de la novia y el novio, los grandes protagonistas del enlace fueron los Reyes, que llegaron escoltados por la Guardia Real, y fueron aclamados por más de un centenar de escurialenses, que permanecieron toda la tarde frente a la puerta principal del monasterio.

Alejandro Agag esperó a Don Juan Carlos y Doña Sofía en la entrada al monasterio, y les acompañó en su recorrido hasta la puerta de la Basílica, en onde aguardaba monseñor Rouco Varela, que ofició la misa.

El cantante Julio Iglesias y los primeros ministros de Italia, Silvio Berlusconi, y Gran Bretaña, Tony Blair, estuvieron también entre los más aplaudidos antes y después de la ceremonia.

Entre el vestuario de los mil invitados a la boda, la opción preferida de las mujeres fueron los vestidos de gasa y colores cálidos como el que vestía la madre del novio, Soledad Longo. Por su parte, los hombres vistieron en su mayoría traje oscuro y corbaa.

No obstante, algunos invitados se desmarcaron de la tónica general, como Agatha Ruiz de la Prada, con un traje de su propia cosecha, y la ex ministra de Medio Ambiente Isabel Tocino, que vestía un traje de flores de colores.

Al término de la ceremonia religiosa, los invitados se trasladaron en autocares particulares, contratados por los novios, hasta la finca elegida para el convite de bodas.