La expectación ante la comunicación de Zapatero, precedida por las reuniones del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, con los portavoces de todos los grupos parlamentarios, ha convertido la sesión plenaria de cada jueves en una jornada excepcional con medidas de seguridad similares a las del Debate sobre el Estado de la Nación.

Los vehículos de la Policía Nacional, Policía Municipal y Guardia Civil cortaban desde primera hora de la mañana el tráfico por la Carrera de San Jerónimo desde la Calle Cedaceros hasta la Plaza de Neptuno, mientras los agentes impedían el paso a los peatones que acreditaban ser residentes de la zona o trabajar en el Congreso de los Diputados.

La jornada comenzaba en el Congreso a las ocho de la mañana, y a las diez la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal se reunía con el presidente de la Cámara, Manuel Marín, y los miembros de la Mesa, una visita institucional que requiere un dispositivo de seguridad adicional al de los plenos.

No obstante, pasada la una y media de la tarde, horas después de que la presidenta chilena abandonara la Cámara, y antes de que el jefe del Ejecutivo compareciera ante la prensa, en espera a que los portavoces de los grupos expresaran su posición tras las reuniones con Rubalcaba, el dispositivo continuaba intacto.