Así lo explicaron en rueda de prensa el presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramón Quintás, y su director general, José Antonio Olavarrieta.

Quintás afirmó que, aunque estos datos "no son tan brillantes como los de 2007", son "magníficos" teniendo en cuenta la situación de la economía a nivel mundial. Asimismo, recordó que se encuentran a un nivel similar al beneficio registrado en 2005, que fue de 6.368 millones.

Por su parte, Olavarrieta señaló que la reducción del beneficio se debe principalmente a la precaución de las cajas, que han aumentado sus provisiones para pérdidas netas por deterioros de activos un 70%, hasta los 9.303 millones de euros. Asimismo, las dotaciones por provisiones crecieron un 31,8%, hasta los 694 millones de euros.

El margen de intermediación de las cajas de ahorros españolas creció un 7,1%, hasta los 20.090 millones de euros, mientras que el margen ordinario bajó un 6%, hasta los 29.504 millones, y el de explotación se redujo un 17,2%, hasta los 15.523 millones.

Dentro del margen ordinario, cabe destacar la evolución de los ingresos por comisiones, que alcanzaron los 5.305,2 millones de euros, 74,7 millones menos que un año antes, lo que representa una reducción del 1,4%.

El director general de la CECA subrayó que todas las cajas de ahorros que forman parte de ella registraron beneficios en 2008, lo mismo que ocurrió el pasado mes de enero.

SOLVENCIA Y MOROSIDAD

El presidente de la confederación defendió la fortaleza de las cajas de ahorros españolas en el contexto general de crisis financiera, destacando su solvencia y su capacidad de afrontar el incremento de la morosidad.

Según las previsiones de la CECA, en 2009 se duplicará la morosidad del ejercicio anterior, hasta superar el 6%, pero aseguró no tener "ninguna duda" de la capacidad de las cajas para resistirlo.

Por contra, Quintás sí mostró preocupación por la competencia desleal que pueden suponer algunas medidas tomadas en otros países y llamó al Gobierno español a tener preparadas "bombas atómicas" por si hiciera falta combatirlas.

En este sentido, explicó que si las recapitalizaciones de entidades se hacen para salvarlas de la quiebra, no habría que hacer nada; el problema surge cuando bajo ese pretexto se prepara al banco para poder competir. Si estas iniciativas no se retiraran, España debería también ponerlas en marcha para estar en "igualdad de condiciones".

Quintás se refirió también a la importancia de que las entidades mejoren su eficiencia en la gestión de la entidad y de la red de oficinas para hacer frente a la actual coyuntura.

Por ello, llamó la atención sobre la necesidad de que las cajas analicen cada oficina, lo clientes que tienen y su volumen de negocio, y valoren si seguirán siendo necesarias en los próximos años.