Tanto Beltrán como los tíos del condenado, Gema y Josean Larrañaga, fueron recibidos por la encargada de Negocios de la embajada, Celia Feria, a la que le entregaron el conjunto de firmas, de las que un 90% son españolas. Durante unos minutos los familiares de Larrañaga pudieron explicar a la diplomática filipina la situación del preso español.

El responsable de Amnistía Internacional trasladó que en el consulado "son conscientes de la presión internacional que hay en el Parlamento Europeo y en España" al respecto, y se mostró esperanzado porque "existe también una presión interna", reflejada en iniciativas legislativas contra la pena de muerte, apoyadas por unos 120 diputados, y en la confederación de obispos del país asiático.

A la espera de la decisión de la presidenta filipina, Beltrán declaró que "es verdad que tiene un posición difícil" al respecto, aunque se mostró partidario de que "no utilice la pena de muerte como una manera de ganar a la opinión pública de su país".

Desde la organización recuerdaron que todavía hay otros dos españoles condenados a muerte en EEUU y Yemen, y arremetieron contra países como Irán, EEUU o Vietnam, ya que "son los que más preocupan al respecto", o el de China, donde sólo en el periodo comprendido entre diciembre de 2004 y enero del 2005 hubo cerca de 600 ejecutados.

APOYO OFICIAL

Preguntado por el apoyo recibido por el Gobierno español, Josean Larrañaga afirmó que el apoyo oficial "ha llegado en el momento en que las instancias han querido", y que este caso "probablemente se hubiese olvidado si no llegase a ser un problema de pena de muerte".

Del mismo modo, trasladó que en el consulado español se le ha transmitido que los contactos que tienen el Ejecutivo español y el filipino sobre este tema, y que ahora "sólo cabe esperar a que se tome una decisión sobre la clemencia pedida por el Gobierno español".

Los familiares de Paco Larrañaga expresaron su deseo de que, en el futuro, puedan volver ante las puertas de la embajada filipina acompañados por su sobrino para celebrar su libertad. Además, reclamaron que la pena de muerte "sea abolida".