Según indica esta ONG, los transgénicos se encuentran presentes en la alimentación debido a que su presencia sólo ha de reflejarse en la etiqueta si el producto contiene un 0,9% de organismos modificados genéticamente.

Esto hace que los transgénicos "entren en la alimentación de los ciudadanos en bajas dosis sin que haya posibilidad de evitarlo".

Además, los ecologistas se quejan de que la Aesan realiza de forma periódica análisis de alimentos con soja y maíz para evaluar el cumplimiento de esta legislación, pero publica los resultados "con años de retraso y de forma incompleta".

"La legislación no permite que los consumidores ejerzamos nuestro derecho a no consumir transgénicos. A pesar del rechazo social, estos alimentos entran en nuestra alimentación sin que en muchos casos estemos informados", concluye David Sánchez, responsable de Agricultura y Alimentación en Amigos de la Tierra.