LA AMA INVESTIGA LA TALA CLANDESTINA DE 34 CASTAÑOS BICENTENARIOS EN GÜEJAR SIERRA (GRANADA)

GRANADA
SERVIMEDIA

La Agencia del Medio Ambiente de Andalucía (AMA) anunció la apertura de una investigación para esclarecer la tala clandestina de 34 castaños bicentenarios y con más de 2 metros de diámetro en Las Chorreras, un paraje de Güejar Sierra (Granada), en l límite del Parque Natural de Sierra Nevada, según confirmaron a Servimedia fuentes de la propia dirección provincial de la agencia.

La Federación Ecopacifista granadina y la asociación Justicia y Paz, que pusieron el hecho en conocimiento de la Adminitración autónoma, consideran esa tala como "un atentado irreversible" contra el entorno del Parque Natural y solicitaron la "depuración de responsabilidades".

Los denunciantes y la Administración reconocieron el gran valor de la zona destruida tant por la riqueza en sí de cada árbol muerto como por las "especies protegidadas que cada uno de ellos albergaba en la casi hectárea de terreno talada", dijeron las mismas fuentes.

Este castañar, como otros de la zona, daba cabida a especies protegidas por la legislación española, como la gineta o el azor, cuyo hábitat quedó destruido.

Según los ecologistas, debido a las condiciones de ese área natural, sería necesario el paso de más de 200 años para que "todo volviese a ser como antes", aunque lostécnicos forestales ven con pesimismo esta posibilidad.

La tala se produjo en una ladera de montaña bastante inclinada y los troncos, algunos de los cuales medían más de 4 metros de diámetro, dan muestras de cortes desnivelados. Se investigará, por tanto, quién los realizó y la propiedad de la finca.

Tampoco consta la existencia de cualquier tipo de permiso oficial con que pudiese contar el propietario para la tala, aunque las fuentes de la A.M.A. consultadas por esta agencia descartaron "como noma" autorización alguna para tal fin.

Para los grupos ecologistas, que entorno de Sierra Nevada fuera declarado por la UNESCO como reserva de la biosfera no significa "más que un juego de palabras que no corresponde a la realidad ni supone protección de los ecosistemas", señaló Francisco García, presidente de uno de estos movimientos "verdes", que solicitaron "fuertes y rigurosas sanciones" para los infractores.

(SERVIMEDIA)
18 Ene 1992
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