Cuesta participó en la Convención Municipal que el PSOE celebra este fin de semana en Sevilla y, ya por la mañana, al inaugurar la reunión, pronunció una dura diatriba contra el PP a cuento del segundo aniversario de la masacre del 11-M.

En su discurso, Cuesta llegó a decir que la actitud del PP antes y después de los atentados descalifican su capacidad para gestionar la seguridad de los ciudadanos y, desde el punto de vista ético y humano, descalifican a este partido para volver a gobernar.

Sus palabras coincidieron en el tiempo con las del presidente del PP, Mariano Rajoy, que después de asistir a un acto de homenaje a las víctimas dijo que lo importantes es conocer las causas reales de los atentados.

Por la tarde, al ser preguntado en una rueda de prensa por las palabras de Rajoy, Cuesta dijo que el PP tiene aún "mucho que explicar a los ciudadanos".

Debe explicar, afirmó, "el alcance de su responsabilidad en la gestión de la seguridad, explicar las graves carencias", incluso "pedir públicas disculpas" por lo que pudo ser "imprevisión" en la lucha contra el terrorismo islamista.

En opinión de Cuesta, "dice muy poco de la catadura moral" del PP que el día en que se cumplen dos años de la masacre el PP gaste más energía en la confrontación política que en la solidaridad con las víctimas.

Se trata, denunció, de un comportamiento "irresponsable y antidemocrático", porque supone "un ataque" a los mecanismos del Estado de Derecho, a la independencia del poder judicial, al trabajo de la fiscalía, y a la profesionalidad de las fuerzas de seguridad.

Por la mañana, Cuesta había explicado ante los participantes en la Convención Municipal del PSOE que él formó parte de la "atalaya" que fue la comisión de investigación en el Congreso de los Diputados, que permitió analizar esas carencias de seguridad.

La comisión, explicó, sirvió también para "ver algunas actitudes que justifican en negativo que hagamos todo lo posible para que quienes en aquel momento tenían responsabilidades de gobierno no vuelvan a gobernar en España porque no estuvieron a la altura del dolor, del drama, de la catástrofe que sufrió nuestro país".

Mientras entre los españoles "se desbordaba la sangre y el dolor", añadió Cuesta, "con una frialdad pasmosa algunos ponían en marcha una maquinaria para el engaño masivo de la que no se apean".

Aquella actitud, sentenció, "descalifica cualquier capacidad de velar por la seguridad de todos" y, además, desde el punto de vista ético y humano, descalifica la capacidad para volver a gobernar, "para pretender representar a la ciudadanía".

La esperanza de las víctimas dos años después de los atentados, dijo Cuesta, es motivo suficiente para mantener la ilusión en el futuro, y contrasta "con la actitud de quienes gobernaban en aquella época y siguen instalados en una mezquina dinámica y dialéctica de no mirar a los ojos a las víctimas pero sí de intentar traficar con el terrorismo".