Alvarez del Manzano dice que así no conseguirán nada ----------------------------------------------------
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El actor Alfonso del Real, su familia y un grupo de amigos decidieron hoy encerrarse indefinidamente en el café-teatro Zarabanda, de su propiedad, en protesta por el precinto del local, ordenado hace cinco meses por la concejala de Chamberí, Mercedes de la Merced.
El hijo del veterano actor, Emilio del Real, acusó a la concejala de ejercer contra ellos un "sadismo institucional", por considerar que la documentación exstente sobre el caso demuestra que la concejala hizo caso omiso a las recomendaciones de los servicios jurídicos del Ayuntamiento, que en su día la aconsejaron revisar la orden de clausura antes de ejecutarla.
Por este motivo, los propietarios del establecimiento han presentado una denuncia por prevaricación contra ella en los tribunales de justicia.
Por su parte, la presidenta de la Junta de Chamberí se ha defendido diciendo que el Ayuntamiento no se dejará coaccionar por una persona que, hacieno uso de su fama, busca una situación de privilegio y favor, en un asunto en el que la ley no le da la razón.
Los dueños de Zarabanda han invertido en el local una cantidad cercana a los 200 millones de pesetas, aunque desde que se llevó a efecto la orden de clausura han perdido unos 50 millones.
La situación creada en torno al café teatro ha provocado un duro enfrentamiento entre la propiedad y la concejala de Chamberí, que justifica su decisión en la existencia de un decreto aprobado por unanimdad en pleno muncicipal, según el cual los barrios de Trafalgar y Gaztambide, gozan de una especial protección medioambiental.
La polémica ha provocado la intervención del alcalde de Madrid, José María Alvarez del Manzano, quien manifestó hoy los encierros no garantizan la solución de los conflictos ni conseguirán alterar las normas administrativas.
Alvarez del Manzano, que anunció que se informará debidamente de los expedientes, reiteró que las ordenanzas deben cumplirse, con independencia de qu la gente se encierre o no.
En su opinión, la clave está en mantener un equilibrio entre el derecho de los vecinos a descansar y el derecho del empresario a abrir un negocio del que pueda sacar una determinada rentabilidad.
Tras señalar que él no es partidario de que en Chamberí comience una "guerra de horarios", recordó que Chamberío es un distrito muy "castigado" por la actividad de los numerosos locales de recreo existentes, que causan molestias al vecindario.
(SERVIMEDIA)
22 Feb 1993
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