Alonso aseguró que la fábrica de Zaragoza de Opel es "una planta muy competitiva y perfectamente viable" y que los inconvenientes que tiene son los "conocidos problemas de General Motors en el mundo".

El portavoz socialista afirmó que "tenemos que hacer un esfuerzo para mantener la mayor capacidad de producción y de empleo del sector de la automoción que para el Gobierno y para los socialistas es estratégico"

Por su parte, el secretario general de la federación del metal de Aragón de UGT, Pedro Bona, afirmó que están "supersatisfechos con la gestión del Gobierno español", ya que ha estado en contacto en todo momento con General Motors y con el Gobierno alemán.

El representante de CCOO, Salvador Salas, advirtió de que en este momento se busca establecer una estabilización "para salvar a la empresa" hasta que llegue el nuevo inversor, "si es que lo hay". Salas aseguró que "si no damos esos pasos en unos días estaríamos en suspensión de pagos".

Además, Salvador Salas pidió al Ejecutivo "que se implique en el proceso", aunque reconoció que ya lo habían hecho. De esta forma, recordó que "el Gobierno alemán es el que más intereses tiene", pero no por eso el español se puede quedar al margen.