Según informó hoy el Consistorio de la capital, el servicio municipal de defensa contra incendios es un dispositivo diseñado en colaboración entre el Área de Medio Ambiente y Bomberos de Madrid que trabaja “en tres turnos para cubrir las 24 horas del día”.

Así lo explicó Almeida en su visita de hoy a Casa de Campo para supervisar el funcionamiento del dispositivo, que tiene el objetivo de “salvaguardar las joyas de la ciudad de Madrid, las zonas verdes, los parques y, especialmente, la Casa de Campo”, dijo Almeida.

El regidor, asimismo, advirtió de que este será un verano “extremadamente seco, con altas temperaturas y, por tanto, con un alto riesgo de incendios”, e incidió en la necesidad tanto de “trabajar para prevenir” como de “actuar de inmediato en cualquiera de los parques de Madrid” en caso de originarse un conato de incendio.

1.700 HECTÁREAS

Acompañado por la vicealcaldesa, portavoz y delegada del Área de Seguridad y Emergencias, Inmaculada Sanz; del delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante; y del concejal del distrito de Moncloa-Aravaca, Borja Fanjul, entre otros, Almeida visitó la torre contra incendios ubicada en el Cerro de Garabitas, donde se erige una de las dos torretas de vigilancia de este gran pulmón de 1.700 hectáreas que componen la Casa de Campo.

El Ayuntamiento de Madrid activó el pasado 8 de mayo el servicio de defensa contra incendios para la protección de sus parques forestales, adelantando su puesta en marcha casi diez días antes de lo normal.

Los trabajos de selvicultura preventiva son “imprescindibles” para mantener el buen estado de la masa forestal de los grandes parques madrileños.

El operativo puesto en marcha lo integran 66 personas entre jefes de operaciones y unidad, técnicos, encargados, conductores, peones y vigilantes y está dividido en tres retenes de pronto ataque para todos los parques.

Casa de Campo contó en primavera con una contribución especial: un rebaño de unas 400 ovejas pastó en sus terrenos. Además de suponer una actuación para la prevención de incendios mediante la reducción de hierbas, aporta otros beneficios ambientales.

Su estancia contribuye a la regeneración del suelo con el aporte del residuo estiércol del ganado, también supone un factor importante para el fomento de la biodiversidad por la dispersión de simiente de especies vegetales a través de la digestión del ganado, además de ser un recurso añadido para la educación ambiental y aportar un valor cultural y turístico de esta gran área forestal.