Las luces estroboscópicas son un “nuevo agente que amenaza la salud ocular”, según los especialistas, al triplicar el riesgo de sufrir un ataque epiléptico en personas que padecen esta patología, además de poder dañar los fotorreceptores de la retina.

“Es cada vez más común que algunos videojuegos, y también películas, episodios de series e incluso discotecas, adviertan de los efectos de las luces estroboscópicas, fuentes luminosas que emiten una serie de destellos muy breves que se suceden muy rápidamente y que se suelen usar para producir exposiciones múltiples de las fases de un movimiento”, explicaron. Estos flases son capaces de emitir miles de destellos por segundo, “lo que se ha relacionado con un aumento del riesgo de ataques epilépticos en los individuos más sensibles”.

Por ello, la doctora Lucía Fernández-Vega, especialista en la unidad de Oftalmología Pediátrica y Estrabología del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, afirmó que "las personas que padecen epilepsia fotosensible también deben esquivar en lo posible la exposición directa a la luz para así evitar daño en los fotorreceptores de la retina”. Asimismo, aseguró que este tipo de luces hacen que se nuble la línea de visión “pudiendo llegar a ocasionar fatiga ocular, dolores de cabeza, estrés visual y ojos irritados”.

De hecho, según datos de la Asociación Española de Videojuegos, los españoles dedican una media de 8,1 horas/semana al uso de videojuegos. Cuando a esta afición se suma al uso de pantallas por motivos laborales, académicos y otras formas de ocio, "algunas personas pueden llegar a pasar hasta 10 horas diarias delante un dispositivo".

Para cuidar la vista, la doctora Belén Sánchez Cañal, también especialista del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, destacó la importancia de la distancia entre los ojos y la pantalla: “Lo recomendable es que haya 50-70 centímetros de distancia”.

Un consejo para cambiar el enfoque y descansar la vista es seguir la regla del 20-20-20, que consiste en dejar de mirar la pantalla cada 20 minutos y cambiar la mirada hacia un objeto que esté a seis metros durante 20 segundos, antes de volver a fijar la vista en la pantalla otros 20 minutos.

Además, se recomienda que las imágenes de las pantallas sean estables, nítidas y sin destellos, y que se cuide la iluminación de la estancia, ya que cuanto menos iluminada esté una habitación más se fijará la vista en la pantalla y menos se parpadeará.

Para evitar el ojo seco, las oftalmólogas indicaron el uso de lágrimas artificiales que aporten humedad al ojo. También son útiles las aplicaciones que oscurecen la pantalla en caso necesario, se activan si la luz no es la más adecuada y avisan cuando se está a una distancia inferior a 30 centímetros de la pantalla.