Ante las elecciones europeas del próximo mes de junio, reclamó a los futuros dirigentes de la UE un mayor control en la venta de esos dispositivos desde esas plataformas digitales.

Durante los últimos años se ha multiplicado la importación directa de productos extracomunitarios a través de plataformas mundiales de comercio electrónico que permiten a los europeos comprar productos a precios competitivos.

Pero hay una disparidad en las normas de seguridad y calidad entre la UE y otras regiones del mundo, lo que puede suponer un riesgo para la seguridad de los consumidores comunitarios.

Por ello, la AESVi se propuso analizar la situación de los sistemas de retención infantil para detectar los riesgos reales para los niños que pueden suponer los dispositivos adquiridos en portales web ajenos a la UE.

El trabajo fue presentado este jueves en una rueda de prensa por sus responsables técnicos: Juan José Alba, profesor del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Zaragoza, y Joan Forrellad, responsable del ‘crash test’ de Jané España.

También participaron Ignacio Fernández, presidente de AESVi, y Josep M. Vallès, director económico y miembro de la Comisión de Formación de esta Alianza.

Los investigadores

Los investigadores analizaron 10 sillas infantiles de coche para distintas edades de uso, sin tener en cuenta marcas, precios, consideraciones técnicas ni cumplimiento legal, que fueron compradas en plataformas de venta de importación directa populares en España.

El proceso de examen incluyó la comprobación de su comportamiento en ensayos dinámicos de impacto frontal, que se realizaron en el laboratorio Applus+ Idiada (Madrid), done se elaboraron los informes de ensayo, la documentación gráfica, la auditoría de cada muestra y la prueba dinámica o ‘crash test’ más representativa para cada una de las sillitas recibidas.

Al tratarse de muestras únicas, solo pudo realizarse un único ensayo para cada sistema de retención infantil con distintos maniquíes o ‘dummies’.

RESULTADOS

El principal resultado del estudio es que ningún sistema de retención infantil podría haber sido homologado en sus condiciones actuales, es decir, ninguno era apto para su comercialización en la UE por graves incumplimientos tanto normativos como técnicos.

Desde el punto de vista administrativo, ninguna sillita fue sometida a control aduanero ni cumplía la legislación de consumo comunitaria, el 60% carecía de homologación y un 40% respondía a publicidad engañosa.

En el apartado técnico, ninguno de los dispositivos de seguridad analizados cumplía los reglamentos de homologación de sistema de retención infantil (ni siquiera aquellos que poseían etiqueta de homologación), el 70% no superó el test dinámico y un 30% mostró una ineficacia total porque el ‘dummy’ salió eyectado.

Por ello, los responsables del estudio reclaman más supervisión y aplicación de estándares de seguridad. De hecho, la normativa europea posee mecanismos para bloquear la entrada de productos extracomunitarios inseguros en la UE.