A los fans del fútbol conocidos por su acciones violentas dentro o fuera del terreno de juego se les negará una plaza entre el resto de aficionados de la selección alemana. Esta es la intención del proyecto de ley de urgencia, según el diario, que ha sido elaborado por el gabinete del ministro del Interior, Otto Schily.

Hasta ahora, la policía alemana sólo está autorizada para cobrar cierto impuesto a los seguidores potencialmente peligrosos y marcar esta circunstancia en sus pasaportes. Si el proyecto de ley de Schily sale adelante, esto funcionarios podrían también retirar el pasaporte federal a los sospechosos de cometer disturbios. Si a pesar de la retirada, alguno de estos "hoolingans" insistiera en viajar hacia Holanda y Bélgica, se expondría a las consecuencias legales de viajar indocumentado, según el proyecto.

Esta iniciativa del Ministerio del Interior surge ahora para evitar situaciones tristes como la acaecida durante el Campeonato Mundial de Fútbol de 1998, donde el policía francés David Nivel perdió la vida a manos de gaberros germanos en la localidad gala de Lens. Desde entonces, la opinión pública y el mundo de la política en Alemania se han movilizado para lograr la adopción de medidas más duras contra este tipo de acciones.