Fuentes de Myasa aseguraron que la comarca de Almadén no se encuentra en una zona protegida para las aves, tal y como apuntaba Greenpeace, por lo que, según Arredondo, "la instalación de esta planta no va a repercutir en sus anidamientos ni en su tránsito".

La planta estará ubicada definitivamente en el paraje conocido como La Dehesa de Castilseras, en la comarca de Almadén (Ciudad Real).

"Tampoco va a tener efectos nocivos para las personas", señaló Angel Arredondo, "puesto que las emisiones contaminantes sn mínimas y se producen a 7 kilómetros del pueblo más cercano".

La incineración, según el responsable técnico de la contrucción, es una tecnología limpia que contamina bastante menos que la mayoría de las otras técnicas industriales.

La planta contará con un depósito de seguridad, que reducirá su incidencia sobre el medio ambiente, especialmente cuando se trate de depósitos de cenizas de materiales pesados.

El estudio de impacto ambiental realizado por Mayasa debe ser aprobado aún definitivaente por la Consejería de Política Territorial del Gobierno castellano-manchego, según Arredondo.