Asimismo, el Ayuntamiento ha odenado ya limitar el riego en la medida de lo posible en los parques de la localidad y estudia la posibilidad de regar en días alternos, automatizando los sistemas de riego y disminuyendo en un 30 por ciento el consumo habitual.

Rafael Baladé, concejal de Medio Ambiente, explicó que "de los 600 milímetros de agua de lluvia anual que se recogen en nuestra zona, este año no hemos superado los 150 milímetros, por lo que en estos momentos tenemos un déficit de más de 300 milímetros de agua de lluvia".

Según el responsable de Medio Ambiente, el déficit en el volumen de agua de lluvia recogida, unido a la escasa reserva de los embalses, implicará importantes restricciones en fechas próximas, que afectarán, en primer lugar, al riego de los parques.

El diseño e infraestructura de las zonas verdes del municipio no están preparados para un problema de estas características, a juicio de Baladé, "porque haría peligrar gran parte de las plantaciones, fundamentalmente las praderas de césped, haciéndolas irrcuperables a corto plazo".

La Delegación de Medio Ambiente recomienda a los ciudadanos que, ante la gravedad de esta situación, limiten la utilización del agua de riego en las zonas verdes de propiedad privada, que tiendan a disminuir el consumo en general y que rieguen sólo en días alternos.