En su intervención en este evento informativo organizado en Valencia por Nueva Economía Fórum, Ribó dio así a entender que se acogerá a la declaración de zonas tensionadas en la ciudad en cuanto se apruebe la Ley de Vivienda, que se debatirá y votará en el Pleno del Congreso de los Diputados el próximo jueves después de hacerlo hoy en la Comisión de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, y que también abordará el precio de la vivienda en venta.

El alcalde de Valencia atestiguó que, actualmente, en la ciudad el 50% de los pisos que se compran los adquieren no residentes, con la sospecha de que muchos se destinan a apartamentos turísticos, aunque otros son de los llamados “nómadas digitales”, los profesionales que aprovechan las nuevas tecnologías para trabajar en una ciudad apetecible aunque esté lejos de la sede de su empresa.

En cualquier caso, Ribó constató el problema que estas compras y el consiguiente encarecimiento de la vivienda en la ciudad supone para la emancipación de los jóvenes, aunque también para los mayores, y anunció: “Vamos a limitar los precios de la vivienda con todas las medidas que nos permita el Gobierno”.

El alcalde añadió que la próxima legislatura tiene que marcarse como objetivo “conseguir que cualquiera pueda tener acceso a la vivienda en unas condiciones razonables”, aunque admitió que ese tema “no lo podemos resolver sólo desde el Ayuntamiento”.

DESBLOQUEO

Por eso, se congratuló de que el tema haya pasado a primera línea del debate público y de que, aunque tres años tarde, se haya llegado a un acuerdo en la mayoría parlamentaria de la investidura para desbloquear la Ley de Vivienda.

Preguntado sobre los pisos de la Sareb, de los que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha prometido destinar 50.000 a alquiler social, Ribó reconoció que no tiene “el dato exacto” de cuántos hay en Valencia, pero constató que “son menos de los que se dijeron inicialmente” y que algunos de los que hay “tienen problemas”, como por otra parte ya ha reconocido el Ejecutivo central.

Por lo que respecta a sus competencias municipales, Ribó prometió construir “todos los pisos de protección pública que podamos”, y aseguró tener diseñados ya 350, además de proyectada una colaboración con cooperativas y con el sector privado.

En materia de vivienda, el alcalde se conjuró también para construir una “ciudad de las personas mayores”, para que estas personas pueden continuar viviendo en su barrio, con teleasistencia y ayudas a domicilio. Igualmente, afirmó estar trabajando en una empresa municipal de energía para bajar la factura de la luz y compartir los excedentes con la ciudadanía para paliar la pobreza energética.