El cumplimiento estricto del último horario impusto por el consistorio compostelano motivó, en la madrugada del pasado viernes, varias horas de enfrentamiento entre casi 4.000 jóvenes y las fuerzas de seguridad.

Ante la posibilidad de que mañana se repitan los incidentes, Gerardo Estévez optó por admitir la propuesta planteada por los empresarios del sector y cerrar los jueves a las 4 de la madrugada, en vez de a las 3,30, como estaba fijado.

El alcalde de Santiago estimó que los incidentes de la pasada semana, que tuvieron eco en todos los meios de comunicación del Estado, no deben perjudicar la imagen de Compostela ante el Año Santo del 93.

"Es una ciudad dinámica, con problemas y con soluciones. Me preocupa más la imagen de la Galicia oscura", manifestó Estévez en relación a macabros sucesos o luchas por la tierra.

Por último, el edil compostelano dijo que no se decidió antes a aplicar el horario de cierre de establecimientos porque fue hace poco cuando crecieron las quejas de los vecinos por los ruidos durante la madrugada.

Aregó que no se puede imputar a todo el colectivo estudiantil, del que vive en buena medida la ciudad, lo que hacen 20 o 200 personas, e insinuó que las provocaciones y actos vandálicos de la semana pasada podrían haber sido protagonizados por gente llegada de fuera de Santiago.