UN ALCALDE, OCHO CONCEJALES Y 42 MILITANTES DEL PSOE GALLEGO ABANDONAN EL PARTIDO POR CONSIDERARLO CORRUPTO

SANTIAGO DE COMPOSTELA
SERVIMEDIA

El alcalde socialista de la localidad coruñesa de Porto do Son, Antonio González Groveiro, acaba de abandonar el PSOE junto con ocho concejles de este grupo municipal y 42 militantes de la agrupación local socialista, por estimar que el partido "parece haber cambiado el lema de cien años de honradez por el de diez años de delincuencia".

En declaraciones a Servimedia, Groveiro aseguró que desde hace más de un año ha requerido a los dirigentes del partido que desmientan ante la militancia las acusaciones de corrupción que han salpicado a dirigentes y altos cargos de administraciones socialistas, tanto en Galicia como en el resto del Estado

La falta de respuesta del PSOE y un reciente caso de amiguismo en la concesión de un servicio de limpieza de un edificio público de la comarca que, según el alcalde, ha beneficiado a un destacado militante del Partido Socialista en Santa Uxia de Ribeira, fueron el detonante de la desmembración del PSOE en Porto do Son.

Groveiro reconoció también que en su decisión influyeron las maniobras políticas de José Antonio Ventoso Mariño, dirigente comarcal del PSOE y diputado autonómico, al que el alcale de Porto do Son acusa de estar detrás de una maniobra para desplazarle del cargo mediante una moción de censura.

Según sus propias palabras, Ventoso Mariño "quiere ser un 'superalcalde' de la comarca sin pasar por las urnas. El pueblo de Ribeira no lo quiso en el ayuntamiento y nosotros tampoco lo queremos".

Ventoso Mariño fue alcalde de Ribeira durante las dos anteriores legislaturas, pero en la actual, el Partido Popular logró la mayoría absoluta en esa localidad, cercana a Porto do Son.

INABILITADO POR PREVARICACION

Además, Ventoso Mariño tuvo que abandonar recientemente la jefatura de la oposición municipal por una sentencia del Tribunal Supremo que, en julio, lo condenó a seis años de inhabilitación por prevaricación (concedió licencias de obras en zonas rurales sin solicitar visados previos ni proyectos del Colegio de Arquitectos) cuando era alcalde de Ribeira.

Ventoso declaró entonces a esta agencia que estaba de acuerdo con la frase de Pedro Pacheco "la justicia es un cachondo" y aseguró no estar arrepentido de lo que hizo, al haberse limitado a evitar que el Colegio de Arquitectos cobrara unas tasas de escándalo a vecinos de condición humilde.

Ahora, González Groveiro lo acusa de emplear sus influencias en Madrid para desviar inversiones estatales previstas para Porto do Son hacia otros municipios.

(SERVIMEDIA)
22 Ago 1992
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