Según AI, la muerte de Echegaray pondrá en marcha una cadena de ejecuciones judiciales, "en la que otros 23 condenados cuya pena ha sido confirmada serán atados a una camilla donde les inyectarán veneno".

En la misiva, la organización de defensa de los derechos humanos pide al Gobierno filipino que aleje a la sociedad de este país "de un camino que no servirá a la lucha común por la justicia y los derechos humanos".

Igualmente, Amnistía Internacionallamenta que con la implantación de nuevo de la pena de muerte, Filipinas deje de ser "un modelo para la protección de los derechos humanos en Asia y el mundo", y de estar a la vanguardia de una tendencia mundial hacia la progresiva restricción de la pena de muerte.

Finalmente, AI expresa en la carta a Joseph Estrada su honda compasión por la hija de Leo Echegaray, que fue violada por su padre cuando tenía diez años, y por las otras muchas víctimas de crímenes terribles, pero reitera que la pena de muete no constituye un sistema eficaz para combatir los actos delictivos.