Pastor aseguró que el Gobierno facilitará la inversión privada e hizo hincapié en la necesidad de que los inversores privados "arriesguen", ahora que "los sueldos están baratos y los tipos de interés bajos".

Aseguró que el Ejecutivo intenta dar confianza a los empresarios, aunque no ocultó que la sucesión de malas noticas de los últimos meses puede provocar ciertas dudas entre los propietarios del capital. "Hemos dado muy malas noticias y todas de golpe", reconoció.

Pastor opinó que el pacto de rentas es un "remiendo" a la crisis económica, aunque recalcó que un acuerdo garantizaría menos inflación y "sería muy práctico concluirlo con éxito para evitar las negociaciones colectivas empresa por empresa".

"Yo creo que no sirve para mucho, sirve para algo; mejor firmarlo aunque, si no se firma, las normas irán dond tienen que ir", indicó. Advirtió, no obstante, que si fracasa el pacto, las subidas de los salarios "tendrán que descansar más en la moral de los empresarios".

La reforma del mercado de trabajo es urgente, añadió, y no se cometerá "ninguna barbaridad", como la aprobación del despido libre, pero sí se reducirá el control administrativo para los ajustes de plantillas de las empresas.

Finalmente, aseguró que no existe ningún contencioso con el ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell,sobre la liberalización de servicios, ya que el informe del Tribunal de la Competencia, partidario de la liberalizar más allá de lo que quiere el titular del MOPT, es meramente consultivo.