El Gobierno regional pondrá así en servicio una autovía de más de 5 kilómetros de longitud y que absorberá el tráfico de casi 17.000 vehículos diarios, muchos de ellos pesados.

Esta nueva vía forma parte de las actuaciones de la Comunidad de Madrid, que tiene entre sus prioridades la eliminación de travesías de los cascos urbanos y la construcción de nuevas variantes.