Parrilla manifestó que "las Fuerzas de Seguridad del Estado no deberían intervenir, aunque todo depende de los acuerdos que los regantes adopten en sus asambleas" .

Asimismo, no descartó la necesidad de que las fuerzas de seguridad intervengan para evitar brotes de violencia entre los regantes, ya que "el ansia de regr es mucha, y el agua en el Levante ha costado muertos".

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura explicó que, con el trasvase obtenido, sólo es posible regar al cincuenta por ciento y añadió que "es evidente que por cada señor que coja, en vez de su 50%, su 100% de agua, habrá uno que se quede sin regar".

Por su parte, el presidente del Sindicato Central de Regantes de la Cuenca del Segura, José Joaquín García Yelo, dijo que "a la hora de regar no llegará la sangre al río, pero abrá situaciones muy tensas que habrá que controlar. Esos problemas se habrían solucionado con lo 80 hectómetros cúbicos solicitados". A su juicio, García Yelo es "muy duro decidir quién se queda ahora sin regar".