Sin entrar en la polémica desatada entre los presidentes de Castilla-la Mancha, por un lado, y de Valencia y Murcia, por otro, Leguina reconoció su "preocupación" por un eventual descenso del caudal de agua que riega Madrid por debajo de los seis litros por segundo, volumen considerado suficiente para mantener el abastecimiento de los ciudadanos.

Según dijo Leguina, "lo peor que se puede hacer ahora es convertir en al agua en una bandera y creo que no e hará". Rechazó que las contundentes declaraciones del presidente castellanomanchego, José Bono, vayan en esa dirección porque "unas afirmaciones en las que se dice que el agua es de todos no tiene voluntad de convertirse en una bandera".

Leguina aseguró que la polémica sobre el agua surgida entre distintos presidentes de comunidades autónomas socialistas no fue tratado "formalmente" en las reuniones que han mantenido los dirigentes regionales del PSOE con el vicepresidente del Gobierno, Narcis Serra el ministro de Administraciones Públicas, Jerónimo Saavedra, el secretario de Organización socialista, Cipriá Ciscar y el secretario de relaciones institucionales, José María Benegas.

En estas reuniones se trató el tema "por encima" para dejar claro que debe ser el Gobierno el que decida una vez conocidos argumentos de todas las partes.