Domínguez indicó que los agricultores levantinos se han visto obligados a ransformar los sistemas de regadío, ya que "el agua allí escasea, es de mala calidad y su consumo resulta caro".

Asimismo, manifestó que la mayor parte de las 50.000 hectáreas que se beneficiarán del trasvase Tajo-Segura utilizan técnicas de riego "ejemplares".

Según Domínguez, sólo en algunas zonas de la vega baja y la vega media del Segura continúan regando por inundación y rechazando la implantación del goteo.

Sin embargo, señaló que los agricultores de la vega baja no se aprovecharán deltrasvase. Por el contrario, algunas tierras de la vega media sí se beneficiarán del agua procedente de la cabecera de la cuenca del Tajo.

En cualquier caso, declaró que el agua del trasvase sólo servirá para regar parte de la superficie arboladada, ya que no habrá suficiente para salvar la producción de hortaliza.