Un inventario realizado recientemente en AENA ha dado como resultado la catalogación de 1.033 obras originales dispersada por los 35 aeropuertos del organismo y que han pasado a formar la colección de arte contemporaneo de AENA.

Entre las obras, se encuentran 60 murales de grandes dimensiones -la mayor parte de firmas muy conocidas-, así como una buena colección de obras de caballete y notable cojunto de esculturas, también de autores cotizados. La colección cuenta con firmas como Tàpies, Miró, Botero, Palazuelo, Amador, Pablo Serrano, Antonio Saura, Arroyo, Chillida y Gordillo.

La colección de AENA es una de las mejores en cuanto a grandes murales, puesto que ni siquiera los museos guardan obras de este tipo. Muchos de ellos pasan de los 4 metros de largo, alcanzando en algunos casos medidas excepcionales de 120 y 140 metros.

Salvo media docena de cuadros, que se sitúan entre finales de siglo pasado y comienzos de éste, el 97% de la colección es contemporánea, de autores recientes.

Para gestionar este patrimonio cultural, se creó en 1994 la Fundación AENA, encargada de la conservación, ampliación y puesta a disposición del público de las obras de arte que posee el organismo.

El criterio de adquisición de las obras por parte de esta fundación es la de hacerse con obras contemporáneas, y prestando atención también a los autores iberoamericanos y a jovenes y autores noveles. La inención es divulgar el arte entre los viajeros de aviones, además de la función puramente ornamental.