Los aeropuertos parisinos de Orly y Charles de Gaulle reducirán en 7.000 y 4.600 toneladas anuales, respectivamente, sus emisiones de CO2.

El primero de ellos lo hará utilizando la energía geotermal de los pozos que se encuentran en sus alrededores para su sistema de calefacción, mientras que el segundo reducirá los desplazamientos por las pistas de los aviones.

El departamento para el desarrollo sostenible del aeropuerto Saint-Exupéry de Lyon ha adoptado ya su plan de medidas para el periodo 2008-2010, en el que prevén un incremento del tráfico del 30%.

Este aeropuerto se propone conseguir una reducción del 3% anual en sus emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2050, y en 2009 realizará un diagnóstico de sus emisiones de CO2con el fin de detectar todos los aspectos en los que es posible el ahorro.

Sus responsables estudian aprovechar los vientos locales para sus sistemas de ventilación y la sustitución de los generadores de keroseno que suministran energía eléctrica alos aviones mientras están en tierra, por tomas de corriente eléctrica en el 75% de sus pistas, lo que permitirá una importante reducción de las emisiones de CO2 y del ruido.

El aeropuerto de Lyon también ha firmado acuerdos durante los diez últimos años con las compañías aéreas para evitar que los aparatos más ruidosos vuelen durante la noche.

El Ejecutivo galo prevé reducir de forma progresiva el vuelo nocturno de los aviones más ruidosos en los principales aeropuertos franceses.

Además, Francia ha duplicado el impuesto por contaminación acústica en algunos aeródromos como el de Orly y Nantes, con el fin de financiar ayudas a los vecinos para que insonoricen sus viviendas.

Las autoridades de transporte galas promoverán el desplazamiento en tren de alta velocidad entre los aeropuertos franceses y con algunos europeos a partir de 2012.