Aznar advirtió que los retrasos están ocasionados por una multitud de problemas de diversa naturaleza que en muchos casos no son achacables al Gobierno, pero reconoció que en aquellas ocasiones en las que el Ejecutivo tiene alguna responsabilidad es necesario "pedir disculpas".

Adelantó que el Ministerio de Fomento ya ha adoptado medidas par atajar la caótica situación en los aeropuertos, que el Gobierno espera que den resultado en breve.

Aznar calificó las medidas, cuyo contenido no llegó a explicar, de "razonables, positivas y adecuadas" y defendió la gestión de Rafael Arias Salgado al frente de Fomento argumentando que no todos los problemas habidos "son imputables a un aeropuerto ni a un ministerio".

Hizo además un llamamiento "muy serio a la responsabilidad y la cooperación" de todos los profesionales relacionados con el tráfic aéreo para que contribuyan en lo posible a solucionar este problema.

Según explicó el presidente, la privatización de Iberia sigue en marcha a pesar estas dificultades y reiteró su llamamiento a la responsabilidad de sus trabajadores porque "su colaboración es absolutamente determinante para el buen funcionamiento" de la compañía aérea.